jueves, 1 de noviembre de 2018

¡ESTO NO ES SOCIALISMO!

Muchos compañeros, desencantados por la situación reinante en mi país (Venezuela), acogen como verdad la campaña interesada de muchos políticos, intelectuales y periodístas, en el sentido de que se corrobora, una vez más, el fracaso del "Socialismo", al ver los resultados de su implementación en Venezuela.
Entonces, se hacen eco de quienes denuncian:

La corrupción en el Socialismo
La falta de progreso en el Socialismo
La regresión o involución del desarrollo en el Socialismo
La conformación de una élite hipócrita que proclama igualdad mientras se abroga privilegios, en el Socialismo
Y póngale a este espacio (________) cualquier aspecto negativo de mi país, para endilgárselo al Socialismo.

La cuestión, o el pero es que

¡ESTO NO ES SOCIALISMO!   y nunca lo ha sido

No permitamos que se ensucie el noble nombre del Socialismo por los desmanes de quienes se dicen "socialistas", para embaucar con fines particulares o grupales.

Ni siquiera podemos afirmar que es un socialismo "utópico", destinado a perecer por falta de conocimiento científico, a pesar de las buenas intenciones de sus implementadores. ¡NO!

Es una estafa desde un principio, destinada a realizar reformas al capitalismo, en medio de una crisis institucional por el agotamiento del modelo de régimen democrático-burgués, por lo cual no podía hablarse de reforma del Estado Capitalista, sino la publicitada Revolución Bolivariana y el Socialismo del Siglo XXI.

Muchos compañeros, resentidos por la situación actual, reniegan de Maduro, manteniendo la fidelidad en el difunto Hugo Chávez, del cual se dice toda clase de suposiciones sobre lo que hubiera hecho de estar vivo, en una interminable cadena de especulaciones para justificar la postura individual de cada uno de sus defensores, a fin de justificar sus posiciones. Pero quedará para siempre en esa esfera, pues el difunto ya no puede hablar en público (y no vale en privado, sin testigos; cosa que afirman hacer algunos).

DE VUELTA

Muchas cosas han pasado desde mi última publicación. Lamentablemente, las sospechas que se dejaban ver en la pregunta de mi último artículo, se han confirmado.

No había escrito más por muchas razones, pero la principal era que no podía escribir en el blog desde mi sitio de trabajo, pues era restringido. Digo "era" porque hoy está libre el acceso y estoy aprovechando. ¿Por qué no hacerlo desde mi casa? Vivo en una zona rural sin internet y pésimo transporte, por lo que hacerlo fuera de horario es cuesta arriba.

Decía que mis sospechas se han confirmado, pues hoy sufrimos las consecuencias de un desastre en todos los órdenes, como consecuencia de un mal llamado "socialismo del siglo XXI".

En próximas entradas hablaré del tema, desde lo teórico, político y la vida cotidiana.

viernes, 1 de febrero de 2008

PSUV: ¿ANTICAPITALISTA?

En el diario Últimas Noticias del 01 de Febrero de 2008, apareció la noticia de que en la declaración de principios del PSUV no aparecerá la palabra "anticapitalista", ya que "no es necesario" ante el hecho de que aparece como "antiimperialista" y "socialista".

Estas declaraciones responden al interés de mantener al partido de Chávez en el marco del "capitalismo humano", especie de estafa a las ilusiones revolucionarias de las masas, en general, y a los aspirantes a militantes, en particular.


ANTIIMPERIALISTA NO ES ANTICAPITALISTA NECESARIAMENTE

Según Müller Rojas, ya Lenin se encargó de aclarar que el Imperialismo es la fase avanzada del Capitalismo, por lo cual "no es necesario" redundar incluyendo el término "anticapitalista" entre los principios del PSUV.

Sin embargo, el hecho de que el capitalismo actual sea imperialista no significa que no hayan sectores dentro del mismo, principalmente sectores ligados a los mercados nacionales y oprimidos por los monopolios y trasnacionales, que aspiran competir en mejores condiciones con los amos de la globalización y, por lo tanto, deseen limitar o eliminar los alcances del imperialismo, pero sin eliminar al mercado capitalista, ni la propiedad privada de los medios de producción.

Esto no sería tan malo, si no fuera por el hecho de que la lógica del mercado y del capital se reproduce, cual bacteria, en cada unidad productiva capitalista, sea del tamaño que sea. Esto significa que, sin importar si el antiimperialista es bodeguero o dueño de una industria nacional, ambos reproducen la explotación capitalista, extrayendo plusvalia de sus trabajadores y aspiran ampliar su negocio gracias a esa plusvalia. Podría decirse que son monopolistas e imperialsitas en potencia, pero que la realidad no los deja ser.


EL SOCIALISMO DA PARA TODO

Estos sectores, burgueses y pequeñoburgueses, engañan a los trabajadores al plantear que son socialistas. Socialista fue AD (socialdemócrata, adscrito a la "Internacional Socialista"), el MAS (Movimiento al Socialismo). En nombre del socialismo se llevó a Chile a un callejón sin salida con Allende, etc.

Sólo cuando le demos contenido al término socialista, en el sentido de establecer claramente la eliminación de la burguesía como clase social, por la vía de la eliminación de la propiedad privada de los medios de producción y distribución, por la vía de la dictadura de los trabajadores, en el sentido de gobierno democrático para los trabajadores y dictador para los burgueses, que planifique la economía en función de las necesidades reales de la población trabajadora democráticamente organizada, que aspire extender el socialismo mundialmente apoyando las luchas de los trabajadores de todas las naciones contra sus verdugos burgueses y que tenga como norte final la abolición del Estado como órgano de dominación de una clase, para dar paso a la organización de la sociedad para administrar los recursos en la búsqueda de la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales es que se verá el sentido real, científico, de la palabra "socialismo".

miércoles, 23 de mayo de 2007

Sobre el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)

INTRODUCCIÓN

El presidente Chávez está impulsando la construcción de un partido único de la revolución, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), emplazando a las organizaciones que lo apoyan a definirse y amenazando con excluir del proceso a quien no se una en el nuevo partido.

Es muy importante el tema lanzado a la discusión por Chávez, ya que la historia de las revoluciones ha estado ligada estrechamente a las formas organizativas que se han dado los revolucionarios para ejecutarlas con éxito. Podemos decir que la suerte de la revolución depende de las características y orientación que le den a la misma su dirección, organizada en un partido, del funcionamiento interno para elaborar su política, para actuar en el escenario internacional y nacional, y de los principios adoptados como guía para hacer la revolución.

Las revoluciones hasta ahora realizadas han fracasado por carecer de un partido revolucionario o porque éste, en el devenir de los años, se ha burocratizado en la medida en que sus mejores dirigentes han muerto y las masas que lo apoyan se han cansado de luchar.

Sin ir muy lejos, el mismo Chávez ha admitido que ha cometido errores al designar dirigentes y tener como aliados a organizaciones que restan. De hecho, el no tener claridad sobre los principios que deben regir a los revolucionarios causó mucho daño y ha retrasado la profundización de la revolución, poniéndola en peligro de fracaso y derrota. Así, el permitir que los Miquilena, José Vicentes, masistas, adecos y copeyanos, oportunistas y burócratas de todo pelaje se apoderen del proceso revolucionario lo ha desviado o por lo menos retrasado peligrosamente, a tal punto de permitir que la corrupción y la impunidad, y la falta de medidas realmente revolucionarias como expropiación de la burguesía sin indemnización, amenacen con dar al traste la heroica lucha del pueblo trabajador librada en todos estos años.

Es por estas razones que, interesados en la profundización y éxito final del proceso revolucionario, queremos contribuir al debate sobre la conformación del PSUV, es decir de la dirección del proceso.

La importancia del debate, además, radica en que la sociedad socialista, enfocada en el bienestar general de la humanidad, en su desarrollo universal, no puede estar en las manos de una sola persona, por más brillante que sea; ni siquiera de un grupo. Debe ser la construcción consciente de todos los revolucionarios y de los trabajadores del campo y la ciudad, en un régimen de constante debate, que permita aprender entre todos de los aciertos y errores cometidos.

Consideramos un error plantear el debate a modo de ultimátum, de súmate o vete, por el capricho o necesidad de una persona, ya que los procesos de comprensión del debate no son los mismos para todas las personas. No se trata de esperar hasta que la última persona se incorpore y comprenda el debate, de lo que se trata es de garantizar que existan oportunidades para que los sectores preocupados por la revolución se incorporen al debate con todo y sus limitaciones, proporcionándoles las herramientas necesarias para que las superen. Es sabido que se defiende lo que se considera como propio y ¿qué mejor manera de garantizar la defensa de la revolución que la oportunidad de participar en su construcción? Y el tema del partido va indisolublemente ligado a ella.

El debate aún no ha concluido, a pesar de los plazos fijados por Chávez, por lo que sometemos a la luz pública, especialmente al examen de los trabajadores, nuestras modestas consideraciones.

EL MARCO DE LA DISCUSIÓN

Debe darse un debate democrático, fraterno, con igualdad de oportunidades para la difusión de los diferentes puntos de vista, sin descalificaciones a priori, con sustentación de posiciones sobre la base de las ideas y experiencias históricas y no sobre la base de los ataques desleales. De esta manera, todos se sentirán en confianza de participar, independientemente de su nivel político o teórico. El Estado debe garantizar que las posiciones sean divulgadas por los medios masivos de comunicación (radio, prensa y TV).

PRINCIPIOS

Los principios son como las columnas de un edificio. Se puede discutir los colores que tenga un edificio, las paredes y ventanas, hasta el tipo de piso. Lo que no se discute son las columnas que deben soportar el peso del edificio, porque corre el peligro de derrumbarse si no se diseñan para mantenerlo en pie. Los constructores saben esto.

Lo mismo pasa con la revolución. Para ser socialista, debe estar basada en unos principios básicos que definen su carácter:

Una revolución socialista se construye destruyendo el viejo orden capitalista, el cual está basado en la propiedad privada de los medios de producción y distribución, lo cual permite la explotación de los trabajadores y la apropiación de las ganancias a manos de los propietarios de dichos medios. Por ello, el partido de la revolución socialista no puede estar integrado por capitalistas, es decir, por los empresarios dueños de los medios de producción y de cambio (vale decir, dueños de fábricas, cadenas de supermercados y de transporte, banqueros, etc.). Si permite su entrada, ya no es revolucionario, pues tiene en su seno al enemigo a vencer. Es falso que existan empresarios revolucionarios. ¿Dónde están los que están dispuestos a dar sus fábricas a la revolución de manera alegre y voluntaria? La historia no puede dar ningún ejemplo de ello. A lo sumo, aspirarán a que les indemnicen (les compren) su propiedad, como se está haciendo con CANTV y la Electricidad de Caracas. Propiedad que, por demás, han desarrollado gracias a las ganancias que obtienen al explotar a sus trabajadores. No podemos dejarnos encantar por declaraciones sobre patrioterismo, sensibilidad social, y todas esas palabrerías destinadas a acomodarse mejor entre las masas para continuar explotando a los trabajadores y obtener ganancias de ello. No se trata de cuál capitalista paga más o trata mejor a sus trabajadores, pues el más cumplidor siempre obtendrá ganancia de la explotación, y si no la obtiene, cierra y echa a los trabajadores a la calle en medio de una llorantina de que no podía continuar así, sin importarle qué llevarán de comer a sus familias los trabajadores y trabajadoras desempleados. Por ello es de principio, es decir, irrenunciable, mantener al partido de la revolución libre de capitalistas.

Esta lucha contra el capitalismo plantea erigir como principio la expropiación de los grandes capitalistas, dueños de grandes fábricas, de grandes medios de comercialización, de medios de financiamiento (bancos), de grandes medios de transporte de carga (aéreos, marítimos y terrestres) y grandes medios de comunicación. Es imprescindible acabar con la anarquía de la producción capitalista, donde cada quién produce lo que le da la gana y cuando le da la gana, en las cantidades y condiciones que le da la gana. Es preciso planificar la producción en función de las necesidades de la población y no de los intereses de un grupo minoritario. Por ello se hace de principio, pasar todas estas propiedades a manos del Estado Revolucionario, bajo control de los trabajadores, que los ponga a producir con eficiencia al servicio de la población y evitar así el acaparamiento y la especulación, así como la fuga de divisas al exterior y el sabotaje económico. Esa expropiación debe hacerse sin indemnización, justificando esto con el hecho de que los grandes capitalistas han acumulado sus riquezas a costa de la pobreza de los trabajadores y si les quitamos las empresas lo que hacemos es recuperar parte de lo robado a los trabajadores para ponerlo al servicio de toda la sociedad. Con estas medidas se tendrán mejores condiciones para enfrentar cualquier intento de la contrarrevolución interna y externa de volver al poder.

Conscientes de que el partido se nutrirá de grupos, organizaciones políticas, sectores e individuos provenientes de diferentes partes, con diferentes experiencias y aprendizajes, es fundamental dotarse de un funcionamiento interno del partido que garantice que cada opinión sea escuchada y debatida entre todos, sin amenazas y sin valerse del control del estado para sacar ventajas en la discusión. Un régimen semejante debe ser democrático, con plena libertad para el debate de las ideas y votación democrática de las mismas y de la dirección encargada de llevarlas a la práctica, así como la garantía de la revocabilidad de sus cargos si se desvían del mandato de sus bases. Lo votado por la mayoría debe ser acatado por las minorías, pero respetando sus opiniones, siempre que no violen los principios revolucionarios.

Este régimen interno debe ser la actitud de los gobernantes de la revolución, consultando a las bases revolucionarias sobre la política del gobierno en sus aspectos fundamentales. Cualquier ley o reforma constitucional debe ser ampliamente debatida, tema por tema, y votada por las bases de igual manera.

Un partido revolucionario, que luche por destruir el capitalismo y su sustitución por el socialismo, debe ser consciente de que el sistema capitalista es global, abarca a todos los países del mundo y su destrucción en un país es una parte importante pero insuficiente en su erradicación definitiva, por lo que existirá el peligro de un ataque contrarrevolucionario mientras este sistema mantenga el dominio mundial. Por ello, debemos tener como principio apoyar incondicionalmente la lucha de los pueblos por liberarse del yugo capitalista. Este apoyo no debe ser sólo declarativo sino activo. Por ello, si es fundamental un partido revolucionario para profundizar la revolución venezolana, igualmente es necesario construir ese partido a nivel mundial, que impulse la lucha de los pueblos por su liberación y facilite la integración de los revolucionarios como única vía de vencer al sistema capitalista.

Un partido con estos principios y este régimen interno debe dotarse de los mejores hombres para dirigirlo. Se hace necesario realizar un balance de la actuación de los actuales dirigentes y la política del gobierno, sobre su relación con las masas, la corrupción, la impunidad y la comprensión de los principios revolucionarios, hecho por las bases y previo a la elección de la dirección. Esto permitirá que las bases voten por sus nuevos dirigentes conscientes de a quiénes eligen y con la seguridad de que harán seguimiento a su actuación, que de ser desviada traerá como consecuencia la revocatoria de sus cargos. Es necesario hacer un balance de la actuación del gobierno, sobre todo en materia económica.

Los compañeros del Partido Revolución y Socialismo (PRS), los cuales han constituido con otros dirigentes la Corriente Clasista Unitaria Revolucionaria y Autónoma (C-CURA) dentro de la Unión Nacional de los Trabajadores (UNT) en un combate contra el burocratismo y por los derechos de los trabajadores, tienen una posición parecida a la nuestra, aunque no colocan ningún aspecto de principio. Invitamos a estos compañeros y a todos los que estén de acuerdo con estos planteamientos a realizar encuentros locales, regionales y nacionales, donde se inviten a las otras organizaciones a debatir, a la vez que se proponga conformar un bloque para defender las condiciones arriba mencionadas de cara al debate nacional sobre el PSUV.

La revolución venezolana debe profundizarse o fracasará. Para su profundización es necesario dotarse de una organización política realmente revolucionaria que la dirija. De la comprensión de la tarea que se tiene planteada (construir el socialismo a nivel nacional y mundial) depende de la naturaleza del partido y su actividad. Hagamos el debate que fortalezca dicha construcción.

Douglas Sucre

miércoles, 4 de abril de 2007

Hacia el hombre universal... hacia el comunismo

Disculpe... esta página está en construcción.
Próximamente publicaré más artículos míos o de otros (respetando su autoría) sobre variados temas